Con ¿Cuánto es bastante? iniciamos una serie de artículos que bajo el título La Tierra,las personas necesitamos otro modelo de desarrollo

Correos de la Vega
www.otragranada.org

Voz de Colectivos por Otra Granada. Sábado27 Nov. 2010 Nº 532
La Tierra no la heredamos de nuestros abuelos; es un préstamo que nos hacen nuestros nietos
Encarna en ti mismo el cambio que te gustaría ver en el mundo (Gandhi
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Con ¿Cuánto es bastante? iniciamos una serie de artículos que bajo el título La Tierra,las personas necesitamos otro modelo de desarrollo quieren mostrar los argumentos que demuestran que el actual modelo de desarrollo no es viable ni sostenible. Si queremos salvaguardar la Tierra que deben de habitar otras generaciones de personas y otros seres vivos, tenemos que empezar ya -o continuar- abogando por otro modelo que realmente sea sostenible.



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¿Cuánto es bastante?

Alan va anotando las compras que ha ido haciendo a lo largo de su vida, y al ver el interminable listado piensa en los materiales que hay que sacar de la tierra para hacerlos, los trabajos de elaboración, la energía utilizada y los desplazamientos realizados para que llegaran hasta su lugar de residencia. Alan imaginaba a mineros y trabajadores de medio mundo, maquinarias, barcos, aviones, trenes, camiones... Todo en movimiento para que pudiera mantener su nivel de consumo


China quiere consumir como Occidente. La
Tierra lo está notando

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Paco Cáceres. Salvemos la Vega-C.G. Nueva Cultura del Territorio

Me impactó esta pregunta que daba título a un libro de Alan Theiuumían Durning. (1) Lo compré y lo devoré con poco tiempo entremedias. En él, el autor hace un alto en su camino para reflexionar sobre la factura que tiene contraída con el planeta. Alan va anotando las compras que ha ido haciendo a lo largo de su vida, y al ver el interminable listado piensa en los materiales que hay que sacar de la tierra para hacerlos, los trabajos de elaboración, la energía utilizada y los desplazamientos realizados para que llegaran hasta su lugar de residencia. Alan imaginaba a mineros y trabajadores de medio mundo, maquinarias, barcos, aviones, trenes, camiones... Todo en movimiento para que pudiera mantener su nivel de consumo. “Y eso, se decía, que yo soy un americano poco consumista. ¡Si la lista la hubiera hecho un ciudadano medio!” Poco más recuerdo del libro. En su día, hace bastantes años, envié una reflexión sobre ¿Cuánto es bastante? en los primeros Correos de la Vega. Pero perdí el archivo y el libro.

Dejo a Alan. Recuerdo dos viñetas de unos materiales de una ONG; en la primera se veía un ricachón sentado en un sofá de una lujosa habitación haciéndose la siguiente pregunta; “¿Y qué le debo yo al Tercer Mundo?” En la segunda una serie de flechitas señalaban la procedencia de cada uno de los elementos de la viñeta; ropas del que se hacía la pregunta, anillos, televisor, muebles, cubata que sostenía... En aquella habitación estaban representados los cinco continentes. Si las flechitas hubieran anotado también las personas relacionadas, tal vez se hubiese visto un sinfín de ellas trabajando para que aquella habitación estuviese confortable. Y ya puestos se podría citar pobreza, derechos laborales ignorados, niños esclavos, bosques destruidos, atentados al medio ambiente... Otra imagen me viene al recuerdo; era del dios actual, el coche, por piezas y señalando de qué estaba hecho y su procedencia. Más de lo mismo. Cinco continentes trabajando y un planeta puesto a nuestros pies para alimentar nuestro estilo de vida. ¡Madre mía! ¡Cuántas heridas, cuántas cicatrices dejamos en la Tierra y en otras personas para vivir como vivimos! Somos muchos Alan los que llevamos una vida consumista y provocamos la crisis ecológica, pero no son todos los habitantes de la Tierra. Según un estudio de Stephen Pacala, ecólogo de Princeton, los 500 millones de personas más ricas del mundo (el 7% de la población mundial) son responsables actualmente del 50% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono, mientras que los 3.000 millones más pobres sólo son responsables del 6%. Nosotros es posible que no estemos ni en uno ni en otro bloque, pero estaremos más cerca de los primeros que de los segundos.

Llegado a este punto podéis pensar; ¡que ganas tiene este tío de amargarnos la existencia! ¿Verdad? Pero no, no es eso, no es que os riña, me lo digo a mi mismo y en voz alta, es que necesitamos reflexionar y dar respuestas para que nuestra generación no entregue a la siguiente una Tierra muy distinta a la que se nos entregó a nosotros.

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Nigeria. asesinatos masivos y ecocidio de la petrolera Shell El coltan del Congo; material para móviles
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Groucho Marx decía “¡Más madera!”, al tiempo que sus hermanos destruían el último vagón para que el tren pudiera seguir en marcha. Algo similar nos dicen los altos responsables económicos y políticos de las grandes instituciones y gobiernos ; “¡Más Planeta!” Mientras van sonando todas las alarmas habidas y por haber .
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Sé que lo tenemos difícil, muy difícil. Para que la economía -el capitalismo-funcione tenemos que devorar el planeta y causarle los desarreglos que todos conocemos. No hay más que ver los telediarios y la prensa; gobiernos y organismos económicos internacionales, con caras de cardenales de la economía, nos dicen día tras día -se invisibillizan otras visiones- que no hay otro camino que el de consumir más y más para que el sistema no quiebre. Hay que vender y comprar más coches, casas, productos de ninguna necesidad y miles de cosas más para que los mercados estén satisfechos y crezca el PIB. Ellos dicen que hay que generar confianza en el consumidor. Sólo así se crea riqueza, trabajo y felicidad. Dicen ellos. Si a todos estos personajes le hiciéramos la pregunta que se hacía Alan; “¿Cuánto es bastante?” Es seguro que responderían; “¡Todo es poco. El PIB necesita crecer hasta el infinito!” Recuerdo aquella escena memorable en la que Groucho Marx decía “¡Más madera!”, al tiempo que sus hermanos destruían el último vagón para que el tren pudiera seguir en marcha. Algo similar nos dicen los altos responsables económicos y políticos de las grandes instituciones y gobiernos ; “¡Más Planeta!” Mientras van sonando todas las alarmas habidas y por haber . Pero no importa; como decía un alcalde metropolitano, hoy alto cargo medioambiental; “¡El que venga de atrás que arree”.

Y no es que los que gobiernan el planeta -obviamente no me refiero a los gobiernos- sean desconocedores de la situación. Ha cumplido ya 38 años la publicación de Los límites del crecimiento (1972), investigación realizada por un buen puñado de científicos para el Club de Roma, y que alertaba de que «en un planeta limitado, las dinámicas de crecimiento exponencial (población y producto per cápita) no son sostenibles». Desde entonces hasta ahora han llovido informes y cumbres, propuestas y “compromisos...” Todo sigue igual.

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& ;am p;nb sp; Malos aires


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Muchas veces acostumbramos a escondernos en nuestro caparazón de pequeño territorio y pensamos que la cosa no va con nosotros. Pero no, las políticas que se han llevado y se llevan en Granada son las mismas que se ejecutan en otros territorios de países desarrollados. La suma de todas ellas nos dan los datos de insostenibilidad
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Bueno, pero estoy hablando de cosas del mundo. Nosotros vivimos en Granada. ¿Verdad? Nosotros aquí llevamos una vida normal. ¿No? Muchas veces acostumbramos a escondernos en nuestro caparazón de pequeño territorio y pensamos que la cosa no va con nosotros. Pero no, las políticas que se han llevado y se llevan en Granada son las mismas que se ejecutan en otros territorios de países desarrollados. La suma de todas ellas nos dan los datos de insostenibilidad que mostraremos en otros artículos. Sólo hay que volver la vista atrás en estas tres últimas décadas para ver la contribución de Granada a la insostenibilidad; cuánto se ha construido, cuántos materiales han salido de las entrañas de la tierra para alimentar la burbuja que hoy cae sobre nosotros como una loza, cuántas carreteras se han hecho, cuántas hay diseñadas todavía, cuántos coches han invadido nuestras calles, cuántas veces hemos vaciado los estantes de las grandes superficies, cuántos viajes tenemos que hacer porque vivimos, comemos, trabajamos y nos divertimos en distintos sitios, cuántos productos innecesarios... Y no hablamos de pasado, los planes de futuro de las administraciones los siguen pintando con las mismas brochas (los pinceles son para trabajos finos). No hay más que ver los proyectos de los ayuntamientos y Junta de Andalucía, las declaraciones de responsables políticos y económicos, y los informes de todo tipo. Siguen con la misma filosofía que cuando el ladrillo reinaba. Piensan que sólo hay una forma de desarrollo y todo lo demás son milongas. Sí; Granada no es menos, los granadinos contribuimos también para menguar un poquito el planeta; Y ahí tenemos las pruebas; destrucción de parte de la vega, del patrimonio histórico-artístico, la Sierra; ruidos, aire en malas condiciones, estrés y un largo etcétera. Y la zanahoria que nos ponen delante; la felicidad, nunca llega. Y menos ahora con la que hay armada.
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En la Vega de Granada hay interessantes experiencias de agricultura ecológica _____________________________________

¿Cuánto es bastante? ¿Cuánto es bastante para Granada y para el mundo? ¿Cuánto es bastante para nosotros? Reflexionemos sobre ello, apuntemos acciones a realizar si creemos que hemos rebasado todos los límites razonables. Pero eso sí, no miremos para otro lado, los cambios, los verdaderos cambios duelen, son los que tenemos que realizar en nosotros mismos, en nuestro estilo de vida. Y no quiero terminar sin la esperanza, que no es cosa de futuro. Ya hay mucha gente y grupos en el mundo y en Granada -invisibles para los medios de comunicación-, aportando muchos granitos de arena para que con otro modelo, el Planeta que le entreguemos a nuestros nietos no esté tan mal como apuntan las previsiones. Tenemos que sumarnos a ellos.




(1) miembro de worldwatch instituteorganización independiente especializada en observar y analizar la evolución del medio ambiente y el desarrollo a nivel mundial autor,

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